Que tus palabras sea como
aguas mansas pero en constante
movimiento, que con paciencia
se van abriendo camino.
Que con dulzura se introduzcan
en la vida de los sedientos, que
necesitan de un trago para seguir
viviendo, no te fijes quien se
aprovecha de ellas, simplemente fluye.
Pero ten cuidado porque
tus palabras pueden ser también
en un momento dado, como las
aguas que bajan con fuerza .
Veloces
y turbulentas ,
destructivas y mortales,
pues a su paso se desbordan
y ahogan.
De cada quien depende
que nuestras palabras den vida o por
el contrario destruyan y asesinen.
1 comentario:
Las palabras saben de nosotros, lo que nosotros ignoramos de ellas... Y las tuyas me han emocionado.
Me agrada que hayas comenzado tú también con un blog, porque no es sólo una forma de conocer a los demás, sino una manera muy agradable de conocernos un poquito mejor a nosotras mismas.
Un beso.
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